LA PENITENCIA
Es el sacramento por medio del cual nos reconciliamos con Dios y nos volvemos a unir al cuerpo de la Iglesia, ya que por el pecado rompemos la comunión con él.
Este sacramento también es llamado "Confesión".
Es un verdadero sacramento, instituido por Jesucristo, diverso del Bautismo y puede repetirse. La manifestación de los pecados al confesor es necesaria por derecho divino. Ha de ser de todos los pecados graves cometidos después del Bautismo o desde la última Confesión.
Existen 5 pasos para una buena Confesión:
a) Examen de conciencia
b) Dolor de corazón
c) Propósito de enmienda
d) Decir los pecados al confesor
e) Cumplir la penitencia para reparar el daño causado por los pecados.
- Reconciliación con Dios,
- Recuperación de la gracia,
- Remisión por la pena merecida por los pecados.
- La paz y la serenidad de conciencia.
- El consuelo espiritual y el aumento de fuerzas para luchar contra el pecado.
- Sólo mediante la confesión y la absolución nos reconciliamos con Dios.
- El texto que nos muestra la institución de este sacramento es Jn 20,22-23.
UNCIÓN DE LOS ENFERMOS
El enfermo llega a sentirse una "carga" para su familia; por eso debe ser ayudado por la comunidad por medio del sacramento de la unción de los enfermos. Jesús de hace presente junto a la cama del enfermo para fortalecerlo, para consolarlo, para curarlo.
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